Suele decirse que no hay animal más peligroso que uno herido o acorralado. Podríamos cambiarlo un poco a no hay animal más peligroso que uno acorralado por la Justicia o que ve peligrar su chiringuito.
Y es que la desesperación de la izquierda y sus terminales mediáticas es palpable. Y que se encuentran en una huida hacia adelante, también. La degradación política y social impulsada por Pedro Sánchez en estos siete años en el poder para perpetuarse en la Moncloa -una estrategia aplicada por distintas dictaduras izquierdistas a lo largo de la historia- nos ha llevado un punto muy peligroso: el de la violencia física.
Los discursos guerracivilistas del líder del PSOE, así como su falta de valores ha permeado en todo su séquito mediático, que se ha entregado de lleno al partisanismo repitiendo las líneas que les envían desde Ferraz y defendiendo lo indefendible en las tertulias de radio y televisión para asegurar favores y paguitas.
Pues bien, ahora los milicianos de Sánchez no conforme con insultar, menospreciar y mentir sobre el resto de periodistas que se muestran críticos con su ‘puto amo’, han dado un paso más allá.
El camino lo inició Ana Pardo de Vera, esa connotada ‘animalista’ que llamó “gorila”, “fascista”, “tonto” e incluso usó la palabra “negro” como si fuera alguna condición para insultar a Bertrand Ndongo. Para terminar de quitarse la careta, esta hija del franquismo que ahora tanto repelús le da, con una mueca horrible le quitó el micrófono al reportero de esa casa para luego lanzarlo.
Para ahondar en la miseria, en lugar de condenar la violencia de la ‘agitadora de izquierdas’ las terminales mediáticas afines a Sánchez la han arropado e incluso, han aceptado su versión de que el reportero la insultó primero cuando las imágenes son demoledoras. Incluso gente como el publicista Risto Mejide, que va de ‘objetivo’ y de que hace ‘periodismo de verdad’, ese que contrasta informaciones, se ha plegado al surreal relato, ha expresado dudas sobre las imágenes y ha negado la participación de Ndongo para ofrecer su versión.
Ahora, otro connotado ‘agitador de izquierdas’ Antonio Maestre muy envalentonado ha hecho lo mismo. Esta vez contra el reportero Vito Quiles. Al acercarse a preguntar el alumno aventajado de Ferreras lo insultó y le quitó y arrojó el micrófono. La excusa: “le estaba acosando” y que es una persona que “vive de la provocación y de molestar a la gente”.
No contento con esto, Maestre llamó a más violencia -nada más y nada menos que en RNE – al invitar a la gente a que “responda” ante el “acoso” de estas personas. ¿Quién decide que tal o cual es un acosador y no un periodista? Pues la izquierda, que reparte carnets de profesionales, de demócratas y hasta de seres humanos.
En el medio de estos eventos, también hay que destacar la actitud de las mal llamadas asociaciones de prensa, que en el caso de Ndongo se plegaron con Pardo de Vera y que seguramente hagan lo mismo con Maestre.
Es que son capaces de negar la realidad hasta el paroxismo. Si no, pregúntenle a Silvia Intxaurrondo que pese a perder la querella contra El Mundo que desatcaba la casualidad de que renovó su contrato por 537.000 euros el mismo día de su dura entrevista al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, asegura que el diario de Joaquín Manso miente porque ella es independiente y objetiva, como se puede ver en cada encuentro con ministros y personalidades de izquierdas (entiéndase la ironía).
Sin embargo, un detalle que se les escapa a todos esos que apuestan a ese discurso guerracivilista, de odio y división que alimentan desde Moncloa y que ahora han decidido dar un paso más allá al agredir al que piensa distinto es que lo peligroso de la violencia es que uno nunca sabe cuando se le devuelve.
Pese a todas esas arremetidas y agresiones, seguiremos informando y enfrentado el poder porque a diferencia de los palmeros que pululan en las tertulias, nosotros no tenemos un chiringuito que depende de que alguien siga en el poder.
El desespero se les ve en las caras.
Este y otros asuntos de actualidad serán tratados en el ‘24×7’ de este miércoles, 15 de enero, con la participación de la periodista de esRadio y subdirectora de ‘Es la Mañana de Federico’, Rosana Laviada.