Gracias a su valor nutricional, la patata representa uno de los producto más importante del mundo. Es el alimento latinoamericano más extendido y popular del planeta, ha salvado vidas y forma parte de la economía mundial.
Aunado a esto, las patatas se presentan como el tubérculo con el contenido de proteínas más elevado, en torno al 2,1% del peso del producto en fresco. Unas proteínas que, por otro lado, están constituidas con aminoácidos adecuados a las necesidades humanas, según la FAO.
Las recetas con patatas son innumerables. Los más famosos son: Las patatas fritas, tortilla de patatas, y por supuesto las patatas bravas:
Otra gran receta tradicional, es la tortilla española, es a base de patatas, huevo y cebolla.
Además de estos ingredientes, no hay una fórmula única para elaborar esta receta. Se trata de los gustos y creatividad de quien la cocine.
Desde que las patatas ingresaron en la vida económica europea y mundial como un cultivo básico.
Las élites no descubrieron una nueva cosecha, sino que tenían una idea novedosa de lo que era la comida saludable.
Los especialistas explican que en lugar de colocar un ‘superalimento’ en el medio de la dieta europea, se dieron cuenta que la nutrición debía tener un papel más central y buscaron los cultivos que podrían cumplir su propósito. El humilde tubérculo ya estaba allí.
Este tubérculo no es solo rico, sino un alimento muy completo que aporta más vitaminas y minerales y menos calorías de los que se le atribuyen.
Es equiparable, por sus características nutricionales, con los cereales, con un micronutriente muy destacado como la vitamina B6, que favorece la creación de células sanas.
También, hervidas, asadas o al vapor son eficaces para la gastritis y la fiebre.