Galdós, hace siglo y pico.
(o “Lo que escribió el señor Pérez, no Rubalcaba”). Uno, cuando recibe alhajas de este tipo, siente la necesidad de hacérselas llegar a vuesarcedes, aun a riesgo de que ya las conozcan, porque hasta en ese caso conviene releer estas piezas maestras de la literatura universal. Acontece igual que con las chirigotas que les endilga de