La pérdida de identidad europea crea un vacío, el horror vacui, «La Naturaleza aborrece el vacío». Este vacío será ocupado por una ideología ajena a la cultura que ha creado Europa.
Mona Ingeborg Sahlin, ex presidenta del Partido Socialdemócrata de Suecia, refiriéndose a los musulmanes inmigrantes en el país escandinavo afirmó: «No puedo entender qué es la cultura sueca. Creo que eso es lo que hace que muchos suecos estén celosos de los grupos de inmigrantes. Tenéis una cultura, una identidad, una historia, algo que os une. Y, ¿qué tenemos (nosotros los suecos)? Tenemos la víspera del verano y cosas tan tontas.» [1]
Emmanuel Macron, el actual presidente de Francia, lanzó el año pasado: «No hay cultura francesa. Hay una cultura en Francia. Ella es diferente Para Yves Jégo, la especificidad de la cultura francesa es lo que nos permite, especialmente, no perdernos en el materialismo.» [2]
Decir que no hay cultura francesa es devolver a Francia a una sociedad sin una personalidad de consumidor de productos culturales globalizados e incapaz de mostrar su singularidad.
Europa, para bien o para mal, ha tenido una personalidad propia y raíces singulares que la diferencian de China, Japón, India, Pakistán, Arabia Saudita, Indonesia, Congo, y tantos otros países. Lo que no implica ni significa que es superior al resto de países o continentes.
Negar esto es permitir que la ideología religiosa del yihadismo tenga el terreno abonado para la implementación en un futuro no muy lejano de la Sharía en el viejo Continente, pues los que son muy conscientes de su propia identidad y voluntad de poder son los salafistas y yihadistas, tanto sunnitas y chiítas.
NOTAS
[1] https://www.azquotes.com/quote/791273
[2]http://www.lefigaro.fr/vox/politique/2017/02/06/31001-20170206ARTFIG00209-emmanuel-macron-et-le-reniement-de-la-culture-francaise.php