Lágrimas y sonrisa.
(o “´Demogresca´ y chascarrillo”). Mi señoría lamenta que la parleta hodierna apena les permita a vuesarcedes deleitarse con mi exquisita prosa. Disculpen, pero es que en esta ocasión lo que pretendo -en la primera parte- es que reflexionen en torno a (y ya ´corto´ y ´pego´) “El poder inmerecido que otorga la democracia”.